Semana Santa para niños

Ayer me llamo la profe de mi primogénito, quería invitarnos al resto de la manada al cole para celebrar la Pascua, y dicho sea de paso....aprovechar para contar como son estos días en nuestro país de origen. Que difícil.....¿y que les cuento a unos niños de 5 y 6 años?, les hablo del aspecto religioso, de que nos vamos de vacaciones, de las torrijas....uhm...quien las pillara....
Una vez más prima Mar y la tía Hilda, desde Vigo, han acudido al rescate....., porque.....la historia va en inglés....con subtítulos simultáneos en finés (por la profesora). Ellas no sólo han redactado la historia, también me la han mandado en inglés. ¡Gracias chicas!.
El padre de mis hijos, reventao después de una dura jornada de trabajo me ha ayudado con la presentación. Así que....en lugar de focalizar esfuerzos en los preparativos de mi hermana (6) mas postizo, nos hemos dedicado a inventar una historia para estos cachorrillos humanos.
Jajaja, no les he hablado de las creencias de mi primogénito "la liebre de pascua trae los huevos de chocolate de la Isla de Pascua". Jajaja, ya ha marcado en el mapa la ruta que tendrá que seguir, para encontrarnos en nuestra nueva casa.
La cosa ha salido bien, por unos momentos.... la profe con la que hablo en inglés no llegaba, he temido tener que improvisar en alemán (la profe que habla alemán si que estaba allí). Pero Karima no nos ha fallado, ha llegado justo a tiempo. Mejor, tengo el alemán bastante oxidado y con tanto idioma en la cabeza... a saber lo que habría salido.
Hemos hecho el locatis, se han reído mucho cuando los tres cachorros y yo hemos imitado los sonidos de los tambores y alguna cosa más. También hemos aprendido las costumbres locales en estas fechas, eso lo dejo para otro día.

Durante el proceso de elaboración, he aprendido algo que desconocía, y que voy a compartir, por si alguien no maneja dicha información. He descubierto de donde viene la tradición de los huevos de pascua. resulta que en el siglo IX, se prohibió comer huevos durante la Cuaresma. La gente los guardaba y al terminar los 40 días se los regalaban a los amigos y parientes. Para conservarlos mejor, en algunas zonas de Europa los cubrían con cera, lo que ha derivado en los huevos de chocolate, de papeles coloridos, que compramos en pastelerías y grades superficies..