Volvíamos de un paseo por las calles nevadas, una zona muy bonita de casas de madera, bosques y explanadas de nieve, cuando uno de mis hijos, se ha quedado petrificado y ha dicho "mira mamá, pero despacito..."; ahí estaba, este curioso animal, blanco como la nieve, de tamaño como un ratoncillo y alargado como una comadreja. Los dos pollos que iban conmigo lo han visto en un periquete, ¡bien!, parece que ninguno de los dos tiene problemas de vista (aunque uno de ellos, en la última revisión médica se negase a decir los dibujos de la pantalla cuando tocó revisión de ojos, no es que no viese, es que no le dio la gana de hablar, ahora lo tengo claro).
No he podido sacar fotos, aunque la cámara es una extensión de mi brazo, en ese momento.. he tenido que tomar una decisión rápida: desenfundar la cámara e inmortalizar el momento, o llamar al tercer cachorro y a su padre para que fuesen testigos directos del espectáculo y nos ayudasen a desenmascarar al animal.
Tal vez le conozcáis de la película de "Nico el reno" indispensable en cualquier Navidad con niños menores de 6 años; no es la ardilla voladora, no es el reno, es... la chica de ojos de azules, Wilma, algunos dicen que es una comadreja, pero mi primogénito afirma que es un armiño.
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