miércoles, 8 de enero de 2014

UN AÑO Y POCAS HORAS

Un año ha pasado ya desde que aterrizamos en tierras finesas. El 7 de Enero de 2013 poco después de las tres de la tarde aterrizó nuestro avión. Llegué con mis tres cachorros y hermana 5, sin cuya ayuda el viaje habría sido más complicado, menos divertido y probablemente, nuestra maleta extraviada nunca habría llegado a aparecer; porque entre los nervios, cansancio acumulado de los días previos, tensón del momento, desconocimiento del idioma local y bloqueo mental de la lengua inglesa....no creo que hubiese encontrado fuerzas ni sabiduría para poner una reclamación en condiciones.
Aquel día, mientras nosotras íbamos en taxi a lo que hoy es nuestra casa, el padre de mis pollos nos esperaba en alguna puerta del aeropuerto, fue sin avisar; no escuchó las palabras de mi padre "mejor no dar sorpresas que luego es quien las da el que se las lleva y no siempre son agradables", hemos aprendido la lección.
Hace un año en este país hacía un frío que pelaba, todo estaba cubierto por varios palmos de nieve; de hecho pasamos más de cuatro meses sin ver césped ni hierbajos; y hasta el mes de mayo no descubrimos que teníamos arenero en el parque.

Un año después:

  • Los tres pollos están escolarizados en el mismo centro y aunque hablan finlandés con su particular construcción gramatical, se comunican y entienden mejor que yo. Según ellos este idioma es muy gracioso.
  • Este endiablado idioma, que entonces me parecía imposible, me sigue pareciendo igual de difícil, pero ya no me suena extraño y puede que algún día......
  • He mejorado mucho con el inglés.
  • El padre de las criaturas y la que suscribe seguimos sin saber cocinar "comida local", pero el cocido, las lentejas, las judías verdes y el huevo frito con patatas son habituales en casa.
  •  Las estanterías y muebles que en su día fueron de cartón han pasado a llamarse "billy" (modelo de Ikea), menos exóticas pero más resistentes.
  • Sigo sin dejar que mis hijos bajen solos a jugar al parque, bosque o donde sea menester; allá donde vayan ellos van el padre, la madre o ambos; en patinete, patines, andando o bicicleta. Soy una madre "gallina", leona, pero feliz.
  • Empiezo a entender cómo funcionan algunas cosas aquí, otras no creo que las entienda nunca.
  • El insomnio de los primeros meses ha desaparecido, pero los miedos, aunque adormecidos son los mismos y vienen y van.
  • Cuando pienso que estoy aquí me parece surrealista.
  • Los cachorros han conseguido su tan ansiada espada láser (la guerra de las galaxias).
  • La compra de la semana está bastante controlada:  precios, ofertas, establecimientos, productos varios, aunque seguimos llevándonos sorpresas como el "VISCOPEZ".
  • Hemos conocido gentes de aquí, de allí, de Oriente, Occidente y de Ultramar. Con distintas vidas e historias que les han llevado a inmigrar.
  • Aunque al padre de mis hijos se le sigue rebelando la masa del pan (panificadora) que en España tenía controlada, ya domina a la perfección la de la pizza con la misma máquina. Gracias Elsa.
  • Hemos pasado de tardar casi una hora en ponernos los atuendos de salir a la calle a conseguirlo en pocos minutos.
  • Un año y pocas horas después.... algunos días estoy encantada de estar aquí, pero otros... me subiría al primer avión sin dudarlo.
  • Aunque a veces siento que estamos a años luz, la mayor parte del tiempo realmente siento que FinlandiaNoEstáTanLejos.
  • Debo agradecer el apoyo físico, psíquico y alimenticio recibido a través de familiares y amig@s; Las visitas, los refuerzos y los envíos que han ido llegando. GRACIAS.
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Viscopez: Lipeäkala

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por tu primer aniversario en Finlandia.

Anónimo dijo...

En caso de felicitación se dice que sea por muchos años. Pero no tan lejos.
Un abrazo desde Madrid.

Anónimo dijo...

Eres una valiente.
Aitziber

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