Regalos para mamá

Para celebrar el día de la madre.fi, en el cole de los pollos han hecho una exhibición con los regalos hechos por los niños y las niñas del centro, están expuestos como si todo fuesen piezas de museo, hay un poco de todo y de edades comprendidas entre los dos y los 7 años: lo dicho un poco de todo, hay cagarrutas de todos los tamaños, materiales y colores, cagarrutas estupendas y hechas con mucho cariño, todas para mamá, pero cagarrutas al fin y al cabo que estarán durante un tiempo en un sitio privilegiado en la estantería del salón. El viernes fui con la manada a ver la exposición; algunos niños estaban llenos de orgullo explicando todo el proceso de elaboración del regalo, a otros les daba algo de vergüenza, pero se veía una sonrisita de orgullo tanto en los niños como en las madres.
Mi madre guardaba todas, sí, todas y cada una de las cagarrutas que le hemos hecho sus tropecientos hijos a lo largo de nuestra vida escolar, algunas hasta han viajado por el mundo, otras han desaparecido después de las numerosas mudanzas, pero las que han sobrevivido al paso del tiempo, ahí están en la estantería del salón junto a la enciclopedia Salvat y cuando las veo me acuerdo de aquellos días del cole en los que pasábamos una semana entera preparando ese regalo para mamá: el cenicero de barro, el colgador de zapatos, el platito de los sellos, el espejo con dibujo, las florecillas de miga de pan, el taro de cristal pintado, recuerdo una paloma azul de barro -especialmente fea que sigue ahí- todas igual de tremendas, pero las hacíamos con mucho cariño y esfuerzo y ella siempre las recibía con la misma ilusión, aunque otro hijo le hubiese dado el año anterior la misma cagarruta pero de otro color.
En cualquier caso... prefiero mil cagarrutas de mis hijos antes que una plancha, una batidora o un aspirador.


¡FELICIDADES OTRA VEZ MAMAS CIBERNÉTICAS!