domingo, 11 de enero de 2015

RESBALACULOS

Terminamos la primera semana del año con un balance positivo:
Las maletas están de nuevo en el altillo.
La ropa ha vuelto al armario. Aunque sigo sin entender de donde ha salido tanto trasto, si nos fuimos con lo justo y han aparecido toneladas. Las toneladas de comida me las esperaba, pero de ropa....
Hemos perdido manoplas, bragas del cuello y gorros  (que posteriormente hemos recuperado).
Uno de mis hijos....falto de costumbre de ponerse las botas de invierno.... se confundió y se llevó puestas las de un amigo del cole ( misma talla, distinto color -las del amigo azul marinas y las de mi cachorro negras, algo pardas-por el desgaste. Por suerte nos dimos cuenta (de casualidad),antes de llegar a casa y volvimos al päiväkoti para hacer el cambio.

  • Hemos sobrevivido a los resbalones y caídas imprevistas. El Viernes por la mañana me di un culetazo de los que según mi madre "saben a caramelo" y por la tarde me di otro. Como era de esperar en el primero me dio un ataque de risa y en el de la tarde, mi caída desencadenó las de parte de la manada y todos terminando riendo en el hielo: estábamos intentando subir una cuesta (para ir a recoger al primogénito), y por tramos...dábamos un paso y nos resbalábamos dos. Igual que Bambi cuando intenta andar sobre el hielo, era la misma sensación que cuando intentas subir unas escaleras mecánicas que van hacia abajo.
De camino a casa los pollos lo pasaron en grande entre patinajes y resbalaculos. Yo tuve cuidadito, y como me había olvidado otra vez mis suelas metálicas....bajé por el lateral.
 Aquí van un par de vídeos para que os hagáis una idea de como era la "cuesta abajo", en la cuesta arriba, no podía distraerme.


4 comentarios:

Frid Eirsdottir dijo...

Vamos! Toda una aventura salir a caminar (o lo que sea) fuera de casa! :D

FinlandiaNoEstáTanLejos dijo...

Suelen echar piedrecillas en el suelo para evitar culetazos, pero debe ser que la primera parte del camino que me lleva hasta el tren no está muy transitada antes de las 8.00 a.m. En fin.... ¡qué le vamos a hacer!, me engancharé los pinchos para los zapatos a la mochila con un mosquetón, como si fuese un llavero gigante, así seguro que no me les olvido. jeje.

Anónimo dijo...

En Moscú pasa lo mismo. Aquí en vez de piedrecillas echan unas sales que luego te dejan unas manchas blancas en las botas :( Eso sí, los niños se divierten de lo lindo porque van resbalando en vez de caminando.

finlandianoestatanlejos dijo...

Sí, a mis cachorros creo que les gusta más el "resbalaculos" que la nieve. :-D

Publicar un comentario