lunes, 26 de enero de 2015

Fin de semana en la nieve. Viajar con niños.

Aunque parece que vayamos de expedición al Ártico, sólo íbamos a patinar a la pista que tenemos cerca de casa. Entre los cascos, los patines, las botellas de agua y algún que otro accesorio se llenan las bolsas la mar de rápido; como abulta mucho, es más cómodo tirar de trineo que colgarlo del hombro. De vuelta a casa siempre hay alguno que se hace el remolón e intenta volver como "señorito", cualquier día de estos me siento yo la primera, a ver si consigo que me lleven a casa sentadita y enterrada por patines y demás accesorios.

Y entre patines, trineos y resbalaculos  pasamos las horas, las tardes y los días. En la cuesta que aparece en el vídeo estamos de Lunes a Viernes media hora larga al salir del cole. Y no nos quedamos más, porque pasados los 40 minutos... aumenta el nivel de adrenalina, inventan nuevas rutas cada vez más arriesgadas y mi corazón no está para muchos sustos. Pueden tardar más de 15 segundos en bajar la cuesta si hacen el recorrido completo, entre risas, piruetas y volteretas.  Y cuestas como estas, las hay a millones y sino... se las inventan. Pasa el quitanieves, acumula toda la nieve en un montón y de la noche a la mañana la nieve se convierte en hielo y ya está: montículo listo para resbalar.
Precio de los resbalaculos: entre uno y dos euros, en función del establecimiento, también los hay dobles por 3 euros.
Los precios del trineo simple rondan los 10 euros.

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