Amanecimos sin ningún
plan a la vista, así que cambiamos el habitual bocata de tortilla de patata por
el de salmón ahumado con pepinillos, para dar un toque finlandés al día de
Vappu.
Cogimos las bicis y nos pusimos a pedalear; después de atravesar un bosque,
un polígono industrial, una zona residencial (en la que nos sorprendió
encontrar una casa sin bandera), descubrir Linnaisten
kartano, pedaleando y pedaleando...llegamos nuestro destino, el lago largo,"Pitkäjarvi".
En cuanto Linnaisten
kartano, me recordó bastante
a Fagervik, aunque en este caso la
riqueza de la zona no se debió a una fundición sino a unas minas de hierro,
ahora no es ni sombra de lo que fue, pero merece la pena darse un paseo por
allí, donde por suerte, el plan urbanístico de la zona ha respetado el modelo
de casa original (casa baja y en tonos rojizos).
Hasta que encontramos la zona en la que
sentarnos a comer pasamos por algunas casas bastante majas: las había modestas,
algunas viejunas, otras muy modernas, y las más afortunadas tenían acceso casi
directo al lago: casa, jardín, portachuela que cruza pequeña carretera,
escaleras empinadas y sauna privada con caseta que supongo será un baño para
urgencias inesperadas. La zona es bonita y bastante tranquila. Muchas casas
tienen su muelle privado y algunas unos jardines bastante curiosos. La zona
cuenta con un polideportivo grande con pista de atletismo, campo de futbol para
grandes y pequeños, pista de tenis y un muelle con muchas barquitas de madera
esperando que llegue el buen tiempo.
Encontramos a varias personas pescando (cuatro,
jj tampoco hay que pasarse) y hasta un grupo de gente haciendo botellón a
orillas del lago. Los pollos y sus amigos, al ver que había gente pescando
emprendieron "operación salvar a los peces", así que se pusieron a
jugar con el agua y a removerla, para avisarles del peligro de los pescadores.
Llegamos a casa cansaicos, pero un vaso de agua y un buen heladito les dieron
fuelle para aguantar hasta la cena.
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