martes, 7 de enero de 2020

La yogurtera

Este invento que llegó a muchas casas en los 80, Para mucha gente era un invento estupendo con el que a bajo coste se podían elaborar en casa yogures naturales y sin azúcares añadidos.
 ¡Cómo odiaba esta máquina infernal!, cuando otrxs comían deliciosos yogures de sabores en mi casa se desayunaban estos yogures naturales, ilusa de mí les ponía colorante alimenticio , para engañar a mis papilas a través de mis hijos, pero claro está que no funcionaba.
Cual sería mi sorpresa cuando hace unos meses el padre de mis hijos encontró esta reliquia en el altillo de casa de su madre. Como nueva. Más grande fue aún mi sorpresa cuando ví las ganas que tenia de ponerla en funcionamiento. Casi me da un patatús cuando voy a casa de un amigo y, con su mejor sonrisa y lleno de orgullo,  me ofrece uno de estos yogures a los que también se ha enganchado.
Sumo y sigo, porque cometiendo uno de esos errores tan frecuentes en mi persona, "como a mi no me gustaban hace 30 años presupuse que a mis hijos tampoco les iba a gustar". ¿Quién iba a querer uno de esos yogures sin sabor y tan desagradables al tacto, teniendo un delicioso yogur azucarado y que parece que sabe a algo?. Así que les dije que no hacía falta que los tomasen; pues lo probraron y ahora les encantan, SÍ, como dirian en los anuncios: ya no prueban otros, se quedan con la yogurtera.
En fin, que no me ha quedado más remedio que probarlos y he de reconocer que saben mejor de lo que recordaba, con un poquito de miel están hasta ricos y mucho más cremosos de lo que recordaba.
Si no tenéis yogurtera, y no quereis un trasto más en la cocina, ahí va el secreto:  también se hacen si los mantienes a la temperatura adecuada y constante encima del radiador arropaditos con una manta.

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