martes, 29 de marzo de 2016

Finlandia: Lahti, excursión de un día.

A una hora en coche al Norte de Helsinki se encuentra Lahti, una ciudad moderna y relativamente pequeña.
Tiene una calle comercial, con las tiendas habituales, en las que los centros comerciales se conectan bajo tierra.

La ciudad como tal, a mi juicio, no merece mucho la pena. Tiene algunos edificios bonitos, sobre todo los universitarios y otros tantos de principios del siglo XX, varios parques y algunas cafeterías chulas. Destaca el ayuntamiento, del mismo arquitecto que la estación de tren de Helsinki, Eliel Saarinen y la iglesia de Alvar Aalto.
 Pero los trampolines de saltos de esquí son impresionantes, sobre todo si tienes la suerte de coincidir con un día de competición, como nos pasó a nosotr@s. Los trampolines son tres,
el más largo mide 73 metros de alto y 116 de largo.











 



















El puerto también nos gustó un montón.
El lago estaba congelado, y a pesar de estar a finales del mes de Marzo, la capa de hielo era tan gruesa que hasta había esquiador@s de fondo y pescadores probando suerte. Tenía mucha vida, y se veía a l@s esquiadores pululando por allí después de la competición.
Hacía una rasca tremenda, creo que es la primera vez en mi vida que he sentido ese dolor en los dientes a causa del frío exterior. A pesar de estar a sólo -3 grados, había una brisilla muy fina que hacía que la sensación fuese de mucho más.
A orillas del lago "Vesijärvi", se encuentra el Sibeliustalo, una sala de conciertos con estructura de madera y cubierta como si fuese una urna de cristal. Está unida a lo que fue una antigua fábrica de ladrillo rojo contruída en 1908. Aquí se celebran conciertos, convenciones y espectáculos varios. Fue construído en el año 2000 y en 2009 fue elegido como una de las salas con mejor acústica del mundo.

Al otro lado del Vesijärvi se encuentra Hollola, donde encontramos más pescadores esperando pacientemente que cayese algún pececillo. ¡Qué paciencia!. Allí estaban, algunos sentaicos y arrastrando su trineo de un lado a otro y otros, con algo más de prisa iban aprovechando agujeros que ya estaban hechos.
El lago desde Hollola también nos encantó, y yo respiré tranquila al comprobar el grosor de la capa de hielo. De hecho hasta que no lo ví no dejé que los cachorros anduviesen libremente por el lago.
A juzgar por las cuerdas que colgaban de los árboles a orillas del lago; aquí se lo tienen que pasar en grande en verano.
A 15 km de Lahti hay una iglesia del S.XV muy bonita. Como curiosidad, las columnas del centro de la misma hacen que sea prácticamente imposible ver el Altar Mayor a no ser que te sientes en el coro.

0 comentarios:

Publicar un comentario