Avanzando hacia el Invierno

Hoy hemos amanecido bajo cero. Ya tenemos heladas nocturnas y escarcha matutina. Por suerte el Sol aún nos acompaña, al mismo tiempo que nos engaña. Porque una se asoma por la ventana, ve este Sol tan hermoso y estos colores tan bonitos y piensa, "como salgo un momento, me voy con lo puesto", y te quedas pajarito.
En estos momentos es importante no olvidar la regla de "los meses con R",que tanto le gusta al padre de mis hijos: que viene a decir que en los meses que tienen R hay que tener cuidadín con el Sol.
"Pronto va a empezar a nevar mamá!", decía esta mañana el pequeño de la manada, al ver el suelo cubierto por la escarcha. Al mismo tiempo que el medianillo me pedía las llaves para subir a por el gorro y los guantes que segundos antes se negaba a coger. "Aún hay Sol" decía, "eso no me hace falta". Y debe ser verdad que ha salido poco friolero, porque a las cuatro de la tarde ha llegado a casa en mangas de camisa. Decía que no sabía donde estaba su abrigo, pero que importaba poco, que ya lo buscaría otro día. He tenido que contenerme para no soltar el grito que habríais oído desde allí, no sólo por el abrigo perdido (que también), sino por las toses, mocos y dolores de garganta que me han venido a la mente. Le he mandado de vuelta al cole, escoltado por sus otros dos hermanos. Y allí estaba el abrigo (con los guantes y el gorro), la braga del cuello por suerte, la llevaba puesta, en un palo del parque, que se lo había quitado para jugar al fútbol. Confío plenamente en que espabile, porque de tonto no tienen un pelo y sé que se sabe abrigar, lo que no sé es cuantos catarros previos nos va a costar.
Las ortigas también han amanecido un tanto congeladas, pero aún se resisten a abandonarnos hasta la próxima Primavera. No he sabido responder a la pregunta del pequeño ni he querido arriesgarme a hacer el experimento ¿picarán las ortigas escarchadas?