4 años y 5 días.
Días que a veces se han echo eternos, pero que si echo la vista atrás se han pasado volando.
Días en los que se nos ha caído el mundo el mundo encima y nos hemos vuelto a levantar. Días en los que hemos conocido gente, echo amig@s que metemos en la mochila y aunque hemos llorado (morriña, frío....), también nos hemos jartao a reír.
Días en los que nos hemos pelado con todo lo peleable, con el idioma, con las botas, calcetines de lana y capas de cebolla, con los mosquitos de laponia en verano y las avispas rabiosas de Agosto ...
Pero nos hemos reído, algo menos con el idioma, pero sí con los resbalaculos, confusiones varias, patinando, con los trineos, huskies, renos y conociendo estas tierras del Norte, curiosidades, pelculiaridades, aceptando y rechazando. Aprendiendo.
Aún cuatro años después, aún hay días, los plomizos sobre todo, que me subiría al primer avión para volver a casa, pero
Marzo 2014 |
Febrero 2015 |
junio 2016 |
Según el plan inicial ya tendría que estar echando el cierre, haciendo maletas y empaquetando, claro que para eso, antes necesitaría varias vidas o muchas visitas para acabar con todas las provisiones de las que sigo haciendo acopio a la menor ocasión. Así que no, de momento aquí seguiremos, no sabemos hasta cuando, pero al menos....habrá que dar un par de usos al mogollón de abrigos, pantalones de invierno, botas y demás que multiplicados por 5, a buen seguro podrían financiar buena parte de la mudanza.
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