Callejeando por aquí y por allí llegamos hasta Fagervik, pueblo famoso en su día por tener una antigua fundición. Es del mismo estilo que Fiskars y Matilda, pero menos turístico.
Está ubicado en un entorno muy bonito, entre silos y granjas, campos ahora verdes, que en breve se teñirán de preciosos ocres y marrones, para dar paso al blanco del Invierno. Sí, esperemos que sea blanco, porque mientras los pollos sean pequeños, es mucho más bonito para salir a jugar y más exótico para atraer a familiares y amigos. Jjjj.
En medio de tanto campo y bosque, a veces resaltan y otras se esconden, las casas de madera roja.
Fue fundada por un sueco en el siglo SXVII, que aprovechando los rápidos del río de la zona y la proximidad a la costa traía el hierro de Kiruna y con un molino hacía funcionar la forja.
Después de quedar derruido el molino, tras una contienda, pasaron a trabajar el estaño,y de esta forma este pequeño pueblecillo se convirtió en el mayor productor de chapa de estaño del Norte de Europa.
Como curiosidades, aquí se recolectaron las primeras patatas del país y su iglesia es una de las pocas de propiedad privada de Finlandia, aunque es visitable y alquilable.
Como curiosidades, aquí se recolectaron las primeras patatas del país y su iglesia es una de las pocas de propiedad privada de Finlandia, aunque es visitable y alquilable.
1 comentarios:
Me gustan los pueblos, tienen cosas que no se ven en espacios grandes
Publicar un comentario