Método exprés: pasar varias horas en el parque durante un par de semanas e ir recogiendo en un cubo a parte toda la arena que queda desperdigada por el suelo.
Sé que no soy la única madre que acumula kilos de arena en casa; arena de playa, de parque, de montaña; arena finita o pedruscos impresionantes, que parece mentira que las criaturas hayan podido jugar con ese piedrolo dentro de la zapatilla.
Me esfuerzo por recordar a la manada que se quiten la arena en el parque antes de subir a casa, pero aún así.. aunque sacudan las zapatillas en la calle siempre hay arenilla que se cuela o algún niño que se cuela en casa sin haber descargado la arena fuera. Creo que puedo sacar aproximadamente medio kilo de arena a lo largo del día.
A veces se acuerdan de quitarse la zapatillas con cuidado y van como si llevasen explosivos hasta el cubo de la basura para deshacerse del cargamento (lo hacen el mayor y el mediano), pero el pequeño, jajaja ese siempre se olvida y después de escuchar ese soniquete de gzgzgzs, me mira con una cara entre sonrisa y lo siento y se queda sin palabras.
He decidido que voy a poner un cubo en la puerta de la entrada para que puedan deshacerse de la mercancía antes de pasar al resto de la casa (método copiado a la Escuela Infantil el Valle), pero aún así la arena se esconde y se cuela, se reproduce.... yo creo que debe haber algún tipo de negociete entre los/as frabicantes de zapatos (con esas suelas con laberintos y dibujos estupendos que nadie ve, que hacen que la arena se esconda, que se incrusten las piedras más traicioneras y caigan cuando menos te lo esperas) y las fábricas de cepillos/escobas. Y no, no me veo con fuerzas de añadir otro reqisito a la compra de calzado: transpirable, impreable, resistente, muuuuy resistente, cómodo, resistente, que no acumule arena, asequible a la economía familiar, resistente...
y debo confesar que tengo miedo, tengo miedo a que se enteren en el ayuntamiento y me suban los impuestos.
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