Así es como se llevan las flores por estas latitudes.
Primero envuelven el ramo en bonito con el papel transparente y toda la pesca, luego ponen varios kilos de periódicos para proteger el interior del frío y por último ponen el papel marrón y hacen una pequeña bolsita con una cinta arriba para agarrar todos los papeles anteriores y favorecer el transporte del regalo. En los supermercados suele haber ramos de flores frescas en la línea de cajas; el manojo de 7 tulipanes sale por 3€, luego tienes más variedad en función del presupuesto. En casi todos los centros comerciales hay al menos una floristería, aunque ninguna tiene el encanto de la Casa de las plantas
Y hablando de flores, en los parques locales los brotes más valientes ya están empezando a asomar, incluso algunas florecillas ya están mostrando todo su esplendor, cuando el año pasado por estas fechas estaban sepultadas por la nieve.
Las ardillas ya están totalmente marrones; nuestro amigo el carbonero (aquí lo llaman tilitiainen) ya están pelando las ramas del tilo y preparando el nido para cuando llegue el buen tiempo.
Dicen que este año las aves migratorias han vuelto antes de lo habitual y que cuando se oye al haarapääsky cantar es que que llega la Primavera (pero tiene que venir muchas, que como dicen en Francia: una golondrina no hace Primavera) y cuando canta el Kiuru (la alondra) queda un mes para el Verano.
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