lunes, 21 de octubre de 2019

Oura ring

Miedito me da este nuevo invento. Si me gustan poco los teléfonos con el localizador conectado, los relojes a los que llaman inteligentes, que te miden constantes, pasos y casi te regañan si no te mueves lo suficiente, ahora resulta que hay un anillo que hace lo mismo que los relojes, aunque con mayor precisión, porque tiene unos sensores estupendos de nosecuantitos.
He visto el vídeo promocional y me ha puesto los pelos de punta, me ha recordado al capítulo de la serie "Black mirror":Darkangel.
Ahora entiendo a mi abuela cuando decía "madre mía, dónde vamos a llegar". Cada vez somos más dependientes de máquinas a las que toleramos que nos digan cosas que no permitiríamos ni a nuestra madre, ni a nuestra pareja ni a nuestrxs mejores amigxs.
Este anillo es un invento finlandés y conozco a varias personas que lo usan y hablan maravillas del artilugio en cuestion. Un aparato que si no lo hace ya, en breve lo hará, dirá a quienes lo lleven cuando tienen que ir al baño o cuando cepillarse los dientes. Todo esto me sorprende y me asusta a partes iguales, pero me inquieta mucho más una noticia que leí el otro día, en la que había una empresa que estaba pagando más de 100.000 euros por adquirir los derechos de nuestras caras. Creo que todo este asunto se nos está escapando de las manos.
Antes de hacerte con uno de estos anillos, cuyo precio está entre los 300 y 1100 euros (en caso de que lo quieras con diamantes) debes firmar un contrato donde firmas desde que eres mayor de 18 años, hasta que les autorizas a acceder a tus datos, FLIPO, y como no, eximen toda responsabilidad "en caso de...".
¡Cómo podemos ser tan tontxs!. ¿Cómo y porqué nos creamos estas dependencias y necesidades absurdas?. Si cuanta más información tenemos peor la usamos, peor comemos y peor vivimos y nos relacionamos. Más pendientes del teléfono y de nuestro ombligo que de vivir.

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