La Torre fue construída en 1966, diseñada por Aarne Ehojoki, con sus más de
30 metros de altura es uno de los putos de referencia de Kaivoksela.
Ha tenido muchas funciones: ha estado funcionando como depçosito de agua 20
años. Después instalaron ese flobo gigante y pasó a funcionar como radar
metereológico, para mi, personalmente ha servido de faro para orientarme en lo
que durante el primer invierno me parecía la gran estepa rusa cubierta por la
nieve. Parece una tontería, pero cuando todo está cubierto por un manto blanco,
no siempre es fácil.
Por desgracia la torre no está protegida y parece que tiene los días
contados. Ninguna institución la reclama, apoyando su permanencia con un
proyecto, y aunque hay movimientos ciudadanos para mantenerla, al no ver
rentabilidad en el asunto, parece que el coste de su mantenimiento es más caro
que la nostalgia y el skyline de la zona.
Me encantaría que hiciesen un observatorio para poder admirar pájaros y el
paisaje desde las alturas. Seguro que se podría construir un centro de
interpretación de la zona, no hay que olvidar que está muy cerquita de las
minas de kaivoksela y que según los expertos hay restos de la edad de Piedra
por los alrededores.