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Noviembre 2017 |
Parecemos luciérnagas en la oscuridad de la noche. A penas eran las cuatro de la tarde y no son luces ni chapas ni colgajos, es el efecto de los reflectantes que o bien venían en la ropa ,de serie, o hemos pegado/planchado en casa. Con la luz del día pasan totalmente inadvertidos en ropas y mochilas, pero con los faros de los coches, o en este este caso con la activación del flash de la cámara quedamos así de vistosxs.
Soy consciente de que soy reincidente y tal vez un poco cansina con el tema, pero debo reconocer que me he vuelto.
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