viernes, 1 de junio de 2018

Operación bañador. Cose que te cose

llevaba tiempo dando vueltas a la idea de hacerme un traje de baño, así que cuando hace unos meses encontré una tela entre un montón de retales me dije, ¡venga! ¡prueba a ver que pasa!.
Soy poco acuática, siempre he sido más de secano, las piscinas y la playa me llaman lo justo, pero como tengo tres pollos no me queda otro remedio que sumergirme y chapotear más de lo que me gustaría. Los bañadores no me gustan porque me parecen incómodos, sólo de pensar en tener la panza fría ya se me quitan las ganas de agua, así que cuando descubrí que existían esos bañadores de dos partes a base de pantalón y camiseta se me iluminaron los ojos. Me parecen bastante más cómodos que el biquini porque mantienen mis carnes a raya mucho más que el bañador, que como he dicho antes no me gusta ni un pelo.
No sé porqué motivo esas prendas son tremendamente caras, así que este año he decidido probar suerte y confeccionarme el mío propio. Me he hecho dos en un "pa por si"
¿Cómo es posible que en la tienda cuesten entre 60 y 80 euros si a mí  no me han costado más de 6?.
Ahora sólo queda confiar en que no se desintegre en un lugar público cuando tenga varios manos de mis pollos agarrando por aquí y pos allá.



0 comentarios:

Publicar un comentario