Entre estas dos fotos sólo han pasado 18 horas.
La primera es de dos de mis pollos a la vuelta del cole.
La segunda es del cachorro mayor saliendo esta mañana rumbo a la escuela, que diría Pinocho.
La nieve ha dejado un paisaje precioso, al caminar se escucha cRrash cRras cRras, pero como no todo podía ser perfecto a lo largo del día el blanco se ha transformado en chapapote y a eso de las tres de la tarde el sonido crispi (cRrash cRrash cRrash) se ha sustituido por el de los hipopótamos chapoteando: plaFF plaFF plaFF. O al menos así me sentía yo, entre los kilos de ropa y el suelo resbaladizo.
Por suerte, a las 7 de la tarde ya estaba todo blanquito otra vez, y ya veremos que nos encontramos mañana, espero no tener que ponerme los pinchos en los pies.
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