Cuatro años y medio aquí, mirad que me esfuerzo, pero hay cosas a las que sigo sin acostumbrarme y no creo que lo haga nunca.
Hace tiempo ya que los pollos van y vuelven solos al cole, el mayor desde el primer día (que ya va para tres años), les dejo que se queden con sus amigos por el barrio y .algunas cosillas más que no cuento, no vaya a ser que algún -día cada vez más cercano- me lo vayan a echar en cara. Así voy aflojando la cuerda. Eso ya está superado
Pero hay cosas que me sorprendieron hace cuatro años y aún hoy, sigo sin digerir.
Una de ellas es este cuestionario de consumo de alcohol y sustancias varias. Madre mía, menos mal que en España no nos hacen de esto. Me recuerda un poco a esos test que a finales de los 80 salían en "super pop", pero aquí en lugar de hacerte preguntas para saber si "eres amiga de tus amigas" o "cómo es tu chico perfecto". Te preguntan por la frecuencia de consumo. Al final del cuestionario, también como en aquella revista, te dicen la puntuación que has sacado y su significado, es decir, tu nivel de alcoholismo.
Me sigue sorprendiendo, y un poco enfadando, que por segunda vez mi medianillo haya sido citado para ir al dentista sin que yo me entere. Revisión rutinaria, todo como debe, pero no estaría de más que me hubiesen avisado para acompañarle.
Cuando tenían la revisión anual del médico, en el centro de salud no me dejaban entrar con ellos en la consulta (aunque yo me colaba con la excusa de que no hablaban el idioma -aunque lo hablaban mejor que yo-) y ahora que son más mayores tengo que acompañarles. Que yo encantada de ir, creo que es ahí donde debo estar (o su padre), pero me sorprende el tema de la edad: hasta los seis años entran solos, y a partir de los 7 acompañados. RA-RO.
El horario, el horario del cole es algo que me tiene loca. Este año, entre los tres pollos entran entre las 8.15 y las 10.00 de la mañana, ¿las 10 de la mañana?, sí. Y salen entre las 12.00 y las 14.00. Hay un día, que dos de los tres van tres horitas escasas al cole. ¿qué como se come eso?, respirando y confiando, porque sino me da un patatús.
Y escribo esto ahora, aunque algunas cosas ya las había contado, porque en lo que va de semana ya ha estado dos veces a punto de parase mi corazón y solo estamos a miércoles.
La última ha sido este mediodía: hoy es el único día que salimos los cuatros (tres pollos y la que suscribe) a la misma hora, ellos del cole, yo del trabajo, pues media hora antes de que tengan que salir, suena mi teléfono (tiemblo cuando veo un +358 desconocido) y era la profe de mi hijo pequeño. Tras recuperar la calma, va y me pregunta que dónde está mi hijo y que si ha llegado bien a casa. ¿cómo?, ¿mi hijo?, pues en el colegio debería estar, hoy sale a las 14.00. Y va y me dice, que no, que ha habido un imprevisto, que lxs niñxs han salido una hora antes y que solo quería confirmar que había llegado bien. A-LU-CI-NO. Pues nada, como me quedaba poco y nada para salir, he ido en busca de mi retoño. Eso sí, he llamado a la profesora de vuelta para que supiese que la criatura estaba esperando en el jardín. A-LU-CI-NO.
Y ayer.... madre mía ayer, uno de los tres salía a las 12.00. El padre de uno de sus amigos me pregunta si mi hijo puede ir a jugar a su casa (con su hijo) después del cole. Yo digo que sí, y quedo en ir a recogerle a las 16.00. Supuse, porque me parecía lo más lógico, que si habían invitado al pimpollo a su casa era porque iba a estar acompañado de un adulto. ¿es lo lógico? ¿sí?, pues no. Ahí estuvieron, felices como perdices, dos niños de 9 años solos durante cuatro horas. Si es que no pasan más cosas porque.... no sé porque.
miércoles, 13 de septiembre de 2017
Periodo de adaptacion, que en según que cosas creo que será infinito
Publicado por FinlandiaNoEstáTanLejos en 21:31
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2 comentarios:
¿Cómo es eso de que van solos al dentista?
Pues eso, que como la consulta del dentista y la de las revisiones médicas están en el mismo edificio del colegio, les dan cita directamente sin pasar por la casilla de salida.
Normalmente nos avisan, pero a veces se olvidan (o bien la profe de mandar el mensaje, o los pollos de darnos el papel).
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