domingo, 5 de marzo de 2017

Seurasaari desde el mar. Caminando por el Báltico helado.




Día soleado de los que no se pueden malgastar apoltronad@ en el sofá. Hemos pasado la tarde en Seurasaari, la isla que durante mucho tiempo ha sido para mis hijos "la isla de las ardillas". 
Es un lugar que nos gusta bastante por el entorno, las casas, la playa.... pero hoy estaba especialmente bonita y la hemos visto como nunca antes hasta ahora, en lugar de recorrerla (por dentro), la hemos rodeado. Caminando sobre el Báltico helado.
Al principio no lo teníamos muy claro, soy un poco cagueta para estas cosas. ¿Estará el hielo suficientemente duro?, ¿será seguro?, pero al ver que estaba aquello como la plaza mayor en hora punta (sin exagerar, que estamos en Finlandia) nos hemos confiado y poquito a poquito nos hemos ido alejando de la orilla. El medianillo ha encontrado una boya  por camino y la ha cargado durante todo el trayecto.

Sabía que por donde caminábamos no era muy profundo, pero ha dicho que así íbamos más seguros; en caso de emergencia tendríamos donde agarrarnos.

Estaba la zona de lo más concurrida, patinador@s de cuchilla extralarga, ciclistas, esquiador@s, trineos, familias construyendo iglús, hasta gente pescando hemos encontrado. Mis pollos, que no sé de dónde han sacado su vena de pescadores también han intentado probar suerte, al ver que había un par de agujeros abiertos no se lo han pensado dos veces, han buscado el palo, han sacado una cuerda de la mochila y aunque no llevaban anzuelo ahí que se han quedado un rato a esperar, con esperanza de que picase algo.


Sólo faltaba el puesto de salchichas (a falta de churros) para completar la tarde.

 Más información sobre Seurasaari:
 









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