lunes, 20 de febrero de 2017

Niños que dejan huella


Hay momentos en los que jugar al Sol más que una rutina es un privilegio, y después de llevar un tiempito en tierras nórdicas hemos aprendido que hay que saber aprovechar los días de Sol, así que hemos salido a la calle pinceles en mano y acuarelas bajo el brazo dispuest@s a dar un poco de color a los alrededores. Lo que sea con tal de sacar el máximo partido a los rayos de sol, un@ no valora lo que tiene hasta que le falta.
La obra final ha quedado un poco surrealista, no se sabe si hemos hecho una tomatada, la matanza de Texas, celebrado San Martín o la fiesta del cordero. Misteriosamente las ropas han quedado intactas, ni las manoplas ni los guantes han salido perjudicados, la lavadora ha podido con todo.
Entre pincelada y carcajada hemos estado dando un poco de color al barrio, así salimos un poco de tanto blanco o tanto gris. Eso sí, menos mal que nos nos ha visto la vecina regañona, porque con ella cerca la bronca está asegurada.

0 comentarios:

Publicar un comentario