jueves, 8 de diciembre de 2016

Adiós al Guggenheim Helsinki

Llevaban cinco años dando vueltas al asunto de si construir o no un Guggenheim en Helsinki. El proyecto ha tenido fieles defensor@s desde el principio, al igual que muchos puntos en contra.
Era un proyecto ambicioso que después de mucho marear la perdiz ha terminado en "aborto de la misión". ¿Porqué?, las razones son varias. No extraña que en un país tan nacionalista como Finlandia hayan rechazado un proyecto de una envergadura internacional tan grande. Son muy suyos y eran much@s los que pensaban que antes de promocionar a los de fuera, prefieren promocionar a los de dentro. Lo hacen promocionando sus tomates (prefieren comprar los 100% a pesar de que cuesten tres veces más que los extranjeros), sus productos lácteos y hortalizas (os recuerdo la crisis de las zanahorias del año pasado), así que después de varios años aquí, no me extraña nada que también lo hagan con el arte. Siempre han presumido de ser capital de diseño y están orgullos@s de ello, así que, en caso de construir un museo, debería ser 100%.fi. Sin que nadie saque tajada. No aprueban que si es un museo privado deba gestionarse con fondos públicos, ya que la Fundación Guggenheim asume más beneficios que riesgos, quedando los riesgos para la capital finlandesa en este caso. En Nueva York, por ejemplo, la fundación deja que se lleve a cabo el proyecto, siempre y cuando los riesgos y gastos (construcción, solar, personal, mantenimiento, entre otros), los asuma la cuidad.
La crisis también ha pesado lo suyo, no se dice mucho de puertas para afuera, pero las arcas del estado no están tan rebosantes como mucha gente piensa. Vamos tirando, pero la cosa no está para tirar cohetes, los recortes se hacen de a pocos cada dos por tres y "a la chita callando", que dicen en mi casa.

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