miércoles, 16 de diciembre de 2015

Comiendo que es gerundio

Madre mía, madre mía, madre mía. No sé si algún día me acostumbraré a las comidas de estas gentes del Norte. No voy a negar que el salmón está de muerte, los guisantes frescos también, los frutos del bosque son muy sabrosos y hay muchas "pullas" que están de rechupete. Pero....he de reconocer que después de casi tres años por estas tierras (TRES AÑOS!... cómo pasa el tiempo.... mejor no lo voy a pensar no me vayan a dar tentaciones de ir empaquetando trastos).
El caso es que después de casi tres años por aquí no me acostumbro ni a la sopa de guisantes, ni a los makaronilaattiko, ni a las infinitas comidas al horno con cremas o similares. En el trabajo se sorprenden porque cada día me llevo mi comidita en el tupper, por menos de cinco euros podría tomar comida 100%.fi. pero no puedo. No puedo con la sopa de salchichas, ni con algunos de los purés.
Las ensaladas están buenas, pero claro es que con que el tomate sepa a tomate, el pepino a pepino y la zanahoria a zanahoria... con eso me conformo, que el aceite y las aceitunas ya las pongo yo.
Cuando por las noches preparo mi tupper con la comida del día siguiente mi medianillo me pide que le prepare a él otro con lo mismo, y la verdad es que no me extraña. El pobre mío come poco o nada en el colegio, y es que aunque lo intenta, la comida no le entra ni por los ojos ni por el olfato, mucho menos por el gusto. El pobre muchacho va haciendo sus esfuerzos, pero llega a casa con tanta hambre que se comería el sofá. Yo llegaría en las mismas condiciones si tuviese que comerme lo que se toma él. En España ya no recuerdo como comía en el cole: si bien, normal o regular, ¡qué frágil es la memoria humana!.

Hoy nos han invitado a la comida de Navidad, no había escapatoria porque era en mi centro de trabajo. Y bueno...¡ qué os voy a contar!, el salmón estaba rico y el jamón cocido normalico, pero con los purés variados...  con esos no he podio y prometo que lo he intentado.
Para no ser tan negativa, voy  a decir que el otro día probé una especie de ali-oli marrón que estaba muy bueno, aunque si lo pruebas, mejor no salir de marchuqui después. Ni el cepillado de dientes, ni varios chicles hacen que desaparezca el efecto.
Siempre nos quedará el chocolate Fazer en todas sus variantes. Lástima que no se pueda sobrevivir sólo a base de su ingesta.

Tal vez te interese:


0 comentarios:

Publicar un comentario