miércoles, 4 de noviembre de 2015

Con sabor a mazapán

Todos los años por estas fechas me da la sensación de que se ha adelantado el merchandaising navideño en comparación con años anteriores.
No habíamos empezado el mes de Noviembre cuando en las estanterías de los supermercados se exponían los manjares navideños junto a las calabazas de Halloween.
Aquí no hay turrones pero ya están a la ventas las infusiones navideñas, las galletas de jengibre y, desde hace más de 15 días, los calendarios de Adviento, de todos los tamaños, formatos, temática y colores. Por supuesto también hay en esto del abrir las ventanitas una extensa gama de precios que van desde los 1,70€ hasta cerca de los 40.
Este año me había hecho el propósito de no comprar calendario y hacer uno personalizado a la manada, con preguntas y pruebas que descifrar, en plan "la busqueda del tesoro". Estaba totalmente decidida a ponerme en marcha, incluso había dedicado varios pensamientos en mis desvelos nocturnos a tamaña empresa; pero el viernes pasado, en un despiste  de orientación en el supermercado....fui a parar con los tres cachorros frente a la estantería de los calendarios. Los tres se abalanzaron sobre el suyo. Esta vez mi cabeza estuvo rápida y viendo que se la venían encima varios quebraderos y noches de trabajo, fue más rápida en asentir que ni boca en responder con un no. Los pollos salieron tan contentos con su calendario (algunos bajo el brazo y otro sobre la cabeza) y yo con seis euros menos pero mucho más tranquila. ¡Menudo peso me he quitado de encima!.
Cambiando de tema y volviendo al anterior, para que veáis hasta que punto son previsoras estas gentes del Norte, no sé si será para evitar aglomeraciones, para abaratar precios o evitar excusas, pero el caso es que el próximo 6 de Noviembre celebran en la empresa del padre de mis hijos la fiesta de Navidad (pikkujoulu). Esto sí que es planificación, previsión y no sé cuantas más terminadas en "ón"; si hacéis cuentas empiezan a celebrar la Navidad con más de 50 días días de antelación. Así se pierde el encanto de buscar el tan ansiado taxi a las tantas de la madrigada en la gran ciudad.

0 comentarios:

Publicar un comentario