martes, 20 de octubre de 2015

Cuando los árboles estan calvos

Todo apunta a que el Invierno se acerca, nos falta la sensación de frío (tal vez de una vez por todas hemos aprendido a vestirnos), y aunque me apetece la llegada de la nueva estación, me da un poco de pereza.
Hemos tenido un Otoño , a mi juicio (que es poco) bastante bueno. Tal vez quienes gusten de ir al bosque a por setas sean de distinta opinión. Ha sido un Otoño seco, no especialmente frío y tremendamente soleado.
Estamos apurando las bicis todo lo posible y desde que veo el primer rayo y hasta que se marcha el último, los pollos están destinados a estar en la calle. A veces es una tortura para el padre de las criaturas o para la que suscribe, aquello de pasar horas a la intemperie pudiendo disfrutar de un buen libro en el sofá, pero "de casta le viene al galgo",  pase toda la infancia escuchando lo de "a jugar al aire y al sol".
Son varios los indicios que presagian el Invierno:
1- Mañana tenemos Talkoot vecinal para hacer una limpia del jardín, recoger las hojas, podar arbustos, quitar las vallas de madera que impedían el paso a distintas zonas verdes. En definitiva, dejarlo todo bien preparadito para cuando caigan las primeras nieves.
2- Los pollos acaban de terminar lo que aquí llaman "vacaciones de Otoño", que van de cinco días lectivos a dos, en función del centro escolar.
3- Los árboles están casi calvos, motivo por el cual hay que recoger  las hojas.
4- Y cuando en breve cambien la hora, ganará la oscuridad sobre la luz. Menos mal que siempre queda la esperanza de tener un Invierno aunque frío, tan soleado como el Otoño.

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