lunes, 11 de mayo de 2015

Guerra de Invierno, Guerra de Continuación y II Guerra Mundial en Finlandia

Ahora que se cumplen 70 años de la Segunda Guerra Mundial, aquí va un resumencillo de lo que se vivió en Finlandia por aquella época. Ha sido complicado resumir tantas cosas en tan breve espacio, pero si queréis bibliografía al respecto, tal vez os pueda servir "A Frozen Hell: the Russo Finnish Winter War of 1939-1940" de William R. Trotter, donde se cuentan la historia de lo que pasó por aquí.

La historia de Finlandia durante los años de la segunda guerra mundial en Europa es algo distinta a la del resto del continente, debido principalmente a su situación geográfica.

La primera parte de este conflicto se llama aquí la “Guerra de invierno” y comenzó a finales de 1939 después de varios meses de más o menos persuasivas presiones de los soviéticos sobre los finlandeses, para que estos cedieran varias decenas de kilómetros de frontera oriental, incluida la ciudad de Viipuri (ahora Viborg) y la costa occidental del lago Ladoga , las islas del Golfo, incluida la de Suursari, y la ciudad de Hanko. Todo ello para asegurarse la defensa de  Leningrado ante un posible ataque alemán, a pesar de que por aquel entonces la Unión Soviética y Alemania eran aliados.
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Soldados finlandeses (Fuente: Wikipedia)
Los finlandeses aguantaron una temporada haciéndose los suecos, con idas y venidas de la delegación negociadora y la creciente exasperación de los soviéticos, hasta que éstos decidieron que los hechos consumados serían la vía más rápida para conseguir sus objetivos.

El 30 de Noviembre de 1939 los soviéticos denunciaron un ataque de mortero sobre su territorio, a todas luces simulado, desde el otro lado de la frontera, lo que desencadenó una ofensiva que Finlandia no podría soportar por mucho tiempo.
Lo cierto es que lo que los soviéticos pensaban que sería un paseo triunfal se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza durante los siguientes meses.

Se produjeron bombardeos continuos sobre  las grandes ciudades y centros industriales de Finlandia, causando un número de bajas sorprendentemente bajo teniendo en cuenta la virulencia de los mismos. La población civil estaba muy bien organizada y se planificaban apagones totales para dificultar la localización de objetivos y desplegaban señuelos para dirigir los ataques a zonas despobladas. El verdadero infierno de la guerra se vivió a lo largo de la frontera oriental, la llamada “línea Mannerheim”.

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Carl Gustav Emil Mannerheim (Fuente: Wikipedia)
La defensa de la frontera fue confiada al mariscal Mannerheim, militar formado en las filas del ejército del Zar y vencedor de la guerra civil que siguió a la independencia y que enfrentó a los finlandeses blancos con los rojos, que contaban con el apoyo de los vecinos comunistas.

Mannerheim estableció una línea de fortificaciones, trincheras y búnkeres que protegían la zona entre el lago Ladoga y el Golfo de Finlandia (Karelia); fue capaz de contener el ataque soviético durante casi 4 meses. Los finlandeses contaron con la ventaja de luchar en pleno invierno en un terreno que dominaban perfectamente contra un enemigo que desconocía totalmente las condiciones a las que se tendría que enfrentar, sin ninguna preparación para este tipo de lucha (hasta pasadas varias semanas, después de ser repelidos sucesivamente, no empezaron a usar camuflaje de invierno o empezaron a recibir entrenamiento en el uso de esquíes). Lo cierto es que mientras las unidades finlandesas eran capaces de realizar ataques sorpresa montados en sus esquíes y desaparecer en medio del bosque después de sembrar el caos en las filas enemigas, las sucesivas oleadas invasoras eran enviadas a pie, seguidas por carros de combate que quedaban aislados en cuanto la línea de abastecimiento se cortaba en la retaguardia.
Mientras tanto los aliados prometían tropas y suministros a los finlandeses, pero a la vez maniobraban para intentar cortar el suministro de hierro de las minas suecas (Kiruna) a los alemanes,  a través del golfo de Bothnia, por el Sur, y del puerto de Narvik, en Noruega, por el norte. La situación general vivida en Europa  hizo que las pocas armas que llegaran a Finlandia del exterior lo hicieran tan tarde que ni siquiera dio tiempo a utilizarlas. Suecia se declaró neutral y oficialmente renunció a enviar ayuda a sus “hermanos” finlandeses, aunque un numeroso contingente de voluntarios acudió a luchar contra los soviéticos, así como daneses, noruegos, húngaros, etc.

La táctica que utilizaron los finlandeses con verdadera maestría se llamó “motti”, que traducido viene a ser montón de leña listo para echar a la estufa. Los soviéticos cometieron el error de subestimar la capacidad defensiva de los finlandeses y se lanzaron al ataque sin una estrategia demasiado clara a lo largo de toda la frontera, hasta el ártico, concentrando lógicamente el grueso de sus divisiones frente a la línea Mannerheim. El resultado fue que las sucesivas incursiones de largas líneas de infantería, carros y abastecimientos eran rodeadas por los flancos hasta la retaguardia, troceadas en sectores (como los troncos para leña) y, finalmente, cada sector era sometido a ataques constantes por invisibles esquiadores y francotiradores que aparecían y desaparecían en medio de densos bosques que no permitían ninguna maniobrabilidad a las unidades invasoras. Las cifras no dejan lugar a dudas:
Fuerzas en combate: unos 350.000 finlandeses frente a cerca de 1.000.000 de soviéticos. 23.000 bajas en el lado finlandés frente a cerca de 127.000 bajas soviéticas.

Territorios cedidos a la URSS en 1940 (Fuente: Wikipedia)
Al cabo de casi dos meses desesperantes para el camarada Stalin, se destituyó a toda la cúpula militar al mando del ataque y se puso al mando al comandante Timoshenko que puso toda la carne en el asador. La desproporción entre los dos ejércitos fue ya tan abrumadora que los finlandeses no pudieron sino aceptar las condiciones que les fueron impuestas. Se produjeron algunos de los bombardeos más intensos de toda la guerra mundial y, a pesar de todo, Finlandia consiguió mantener su independencia, aunque tuvo que ceder Karelia, las islas del Golfo, la salida al ártico en Petsamo, una franja de la zona central del país en Salla y Hanko, que se convertiría en base naval soviética.

Guerra de continuación

Finlandia quedó exhausta tras el inmenso esfuerzo de la guerra de invierno, pero cuando Alemania invadió la Unión Soviética en el 41 se abrió la posibilidad de recuperar el territorio perdido luchando al lado de los nazis. Esto le costó la declaración de guerra por parte de Inglaterra, aunque en ningún momento se produjo enfrentamiento alguno entre los aliados y los finlandeses. Además estos últimos siguieron las claras consignas de Mannerheim para no avanzar ni un paso más allá de lo que se les había arrebatado durante la Guerra de Invierno. Lamentablemente los finlandeses eligieron el caballo perdedor y volvieron a perderlo todo (salvo Hanko) cuando Alemania fue derrotada al final de la guerra y los soviéticos reclamaron sus derechos sobre lo conquistado en el 40.

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