miércoles, 15 de abril de 2015

Curso de natación y actividades extraescolares

Por fin, después de llevar más de siete años escuchando que debo llevar al niño (primero), a los niños (unos años más tarde) y a la prole al completo (después), ya les he apuntado. Sí, he vencido mi miedo al agua y los tres están más que encantados con sus clases de natación.
El primer día iban un poco nerviosillos pero salieron encantados. No exagero si digo que se pasaron el camino a casa, más las dos horas siguientes hablando sin parar. No podían parar de contar una y otra vez todo lo que habían hecho, se atropellaban unos a otros al hablar, hasta  en la cama... uno se quedó dormido mientras intentaba terminar una frase.
Yo iba algo nerviosilla también, soy más de secano que de agua (ni dulce ni salada). No me gustaba nada cuando de pequeña me llevaban en el cole a las clases de natación. ¡Puff!, cuando huelo esa mezcla de lejía con cloro...me viene a la mente la imagen de Isidoro, aquel profesor que tuve en 1º de EGB que me enseñó a tener pánico al agua y a aborrecer la natación. A mi amiga Olga (mismo profesor) le pasaba lo mismo. Por eso hemos ido retrasando el momento, la idea era que les enseñase su padre, como a mí me enseñó el mío. El padre de las criaturas ya ha hecho su parte quitándoles el miedo al agua y enseñándoles a flotar, ahora dejaremos que estas nuevas profes les enseñen su parte y les hagan "insumergibles".
Casi me da un pasmo, cuando al llegar el primer día a la piscina la mujer de la ventanilla me dice que preparemos a los niños, que en breve llegará la profesora a recogerlos. ¿Solos?, pensé. Me abstuve de comentar en alto todos los pensamientos que se agolpaban en mi mente (entre otras cosas porque habría sido incapaz de decirlos correctamente en este idioma del diablo). ¿Solos?, yo que había pedido al padre de las criaturas que saliese antes del trabajo para que entrase con los cachorros en el vestuario, le había hecho ver que su presencia en la piscina era imprescindible (estaba segura que en el de las chicas se iban a negar a entrar). ¿Solos?, Si llevan sin ponerse el bañador desde el pasado mes de Agosto, y he traído una retahíla de bañadores (heredados) porque no sé cual es la talla de cada uno y ayer hice la mochila a toda prisa....¿sólos?, pues solucos se fueron y no miraron atrás nada más que para decirnos adiós.
Mientras tanto, el padre de las criaturas y la que suscribe, tenemos una hora exacta para nosotros solitos. WOW. Jejeje, y no es que nos falte tiempo juntos, que desde que vinimos aquí....pasamos más tiempo juntos que nunca; los pollos se acuestan pronto y nosotros tarde. Pero lo importante, lo que hace insólita la situación, es que estamos solos a plena luz del día, no después de cenar (como viene siendo habitual), cuando al cuerpo le da un bajón que va a medio gas o al 25%.
45 minutos de piscina, más un ratito de sauna, hicieron que el mayor saliese partiéndose de risa; con una sonrisa que no le cabía en la cara, ya había entendido porqué su amiga decía que a la piscina iban todos desnudos (hecho que casi hace que tengamos que abortar la "operación piscina", porque él decía que allí desnudo no se metía), ¡Mamá, donde vamos sin bañador es a la sauna!.

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