domingo, 29 de junio de 2014

Y siguiendo con aquel primer contacto con el cole....

El plazo de inscripción de alumnos para el siguiente curso escolar se abrió a finales de 2013, la inscripción se hacía por internet y el formulario sólo estaba disponible en finés, así que el profe de mi primogénito (siempre tan dispuesto) se ofreció a ayudarnos a rellenar la instancia. Jejeje, él decía que para un finlandés era un formulario muy sencillo, pero que la ayuda de google tanslator podía hacerlo bastante complicado. En el formulario no te dan a elegir centro (en Vantaa) y te dan por defecto el más cercano a tu domicilio (siempre y cuando haya plazas disponibles), pero te dan la opción de solicitar uno en concreto si explicas el motivo de la solicitud.

Pasados casi cuatro meses salen las listas, puedes consultarlo por internet pero, para asegurarse de que te llega la información, el ayuntamiento de Vantaa te envía una carta con toda la información necesaria sobre el inicio del curso escolar. En esa carta te invitan a una jornada de puertas abiertas para que los pollos tengan su primer contacto con el centro (optativa la asistencia). Una mañana van los pollos para conocer el aula, a los compañeros y el centro en general y por la tarde, invitan a los padres a una cena buffet para conocer al resto de padres, profesores, dirección....
Aquel 14 de Mayo, después de dejar a dos de nuestros tripulantes en el päiväkoti, tanto el padre de las criaturas como la que suscribe acompañamos al primogénito, nos llevaron a pollos y adultos al gimnasio, los pollos se sentaron en el suelo, se juntaron en grupitos con sus amigos, vecinos y compis del päiväkoti y entre nervios y emoción iban esperando a que dijesen su nombre para asignarles aula y profesora. En nuestro centro salieron 6 grupos de primer curso de primaria, me pareció una pasada, ¡y yo que pensaba que era un centro pequeño! Hechos los grupos, los niños y niñas seguían a la profe, cual corderitos, hasta su aula; los padres y madres acompañantes podían entrar en el aula o marcharse y volver a las dos horas a buscar a sus cachorros. Casi todos se marcharon, jejeje, pero, en nuestro aula, otra madre (también extranjera), el padre de mis hijos y yo nos quedamos a ver qué les contaban a los niños. También en esto somos primerizos y, además, era un buen ejercicio de escucha (la profe hablaba despacio y muy clarito) y una buena oportunidad para documentarse, hay que estar siempre al acecho.

Como ya conté el otro día les explicaron muchas cosas, y eran pocos los que se atrevían a preguntar.


A cada niño y niña le asignaron un "padrino/madrina" dos años mayor, que vino a buscarles a la hora del recreo. Estos padrinos/madrinas eran los/as encargados/as de enseñar a los nuevos/as las instalaciones, hasta donde podían salir, donde estaban los baños, cosas permitidas y cosas no permitidas, y les ayudaron a la hora de la comida, porque, como decían en aquel reportaje de la sexta, son ellos los que deciden lo que comen cada día en una especie de buffet en el que cada cual se sirve en su bandeja, busca un sitio con sus amigos y amigas (no hay sitios asignados como en el päiväkoti) y recoge. 
La comida es la misma en todos los centros escolares,  incluyendo los päiväkotis. Puede consultarse por internet o en el periódico semanal que mandan cada fin de semana a casa.

En este comedor no hay semáforo, como en el reportaje, pero si que hay muchos carteles informativos, coloridos y con dibujos que informan de la importancia de comer tranquilitos, no hablar durante la comida de cosas que no sean de la comida, de no eructar, no doblar los cubiertos y de comerse todo lo que se pongan en el plato, entre otras cosas.
Nuestro cole tiene vallas en algunos sitios, para marcar el límite con el bosque o simples troncos en el perímetro, pero es un espacio abierto al que vamos a jugar algunos fines de semana.

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