jueves, 26 de junio de 2014

Empezando el cole. Educación en Finlandia

¡Vamos vamos! ¡PRIMER DÍA DE COLE! Así de enérgico se despertó mi primogénito el pasado 14 de Mayo, día en el que tuvo lugar el primer contacto con el cole real. Parecía Nemo, el pez payaso de disney, y yo Merlín, el padre asustadizo que no tiene ninguna prisa porque su hijo crezca. Madre leona. Madre gallina.
En España el paso de la Educación Infantil a primaria es importante porque los cachorros cambian de planta (del bajo a la primera), cambian de profe, llevan mochila con deberes todos los días, y en según que centros empiezan los agobios, los exámenes y las primeras chuletas.
En Finlandia, por lo que veo, el paso del päiväkoti al cole es uno de los grandes acontecimientos de la vida. Se cambia de centro escolar, de amigos, pasan de tener tres profes por aula a 1 titular, y de tener espacio libre y barra libre de juegos a empezar con las fichas y con mesa/pupitre propio.
En Eskari, ultimo curso del päiväkoti ya habrán hecho su primeras fichas, y sus primeros pinitos con las letras y los números (casi todos los centros el mismo libro "pikumetsä") y para algunos niños y niñas (los menos) será la primera vez que abandonan el nido porque como la educación en Finlandia no es obligatoria hasta los siete años algunos van ahora por primera vez.
Como ya he dicho anteriormente a esa edad ya tienen un teléfono móvil y la mayoría de los niños y niñas de siete años ya tienen llaves de casa.
El cole en el primer curso termina muy pronto (a eso de las 12.00) y o les apuntas a actividades extraescolares o sino van a casa, a la de amigos o no tengo ni idea de cómo se las ingeniaran, supongo que las extraescolares será la opción más demandada.
Aquel 14 de Mayo ya dieron a los cachorros sus primeras instrucciones de como iba a ser el curso escolar; hicieron algún que otro ejercicio y les avisaron que no se te tenían que agobiar por no saber escribir ni leer, que para eso estaba el cole, para aprender (a leer, a escribir, a contar, a tener nuevos amigos, a jugar, a cantar, a experimentar...). Eso sí, a los adultos nos dieron una pequeña lista de tareas con aquello que es recomendable entrenar durante las vacaciones (escribir su nombre, preparar la mochila, manejarse con los cubiertos, atarse los cordones, manejarse con tijeras y lápiz, entrenar con un adulto el camino de ida y vuelta del cole a casa); también nos dieron un cuento para explicar a los niños como es el primer día de cole.
Entre la lista de actividades a practicar, la más importante (o en la que más les insistieron aquel día, lo sé porque yo estaba en el aula) es que se sepan el camino de ida y vuelta de casa al cole, porque recomiendan que vayan y vuelvan solos desde el primer día.
De toda la lista sólo me preocupa la última, no hay motivo aparente porque el cole está a dos minutos de casa y no hay que cruzar ni bosques con osos, ni autopistas, ni carreteras peligrosas, tan sólo seguir el camino de baldosas amarillas, pero aún así... no me gusta que vaya sólo al cole, no he cambiado el chip.
Creo que el resto de cosas de la lista están superadas desde hace tiempo, de hecho sus hermanos menores y la mayoría de niños que hayan ido al cole en España cuando pasan de infantil a primaria ya saben hacer todo lo de la lista, (puede que estén más verdes en atarse los cordones), y por eso también creo que ese miedillo que yo tengo... esa cosilla que me da (que mi cachorro vaya sólo en las frías y oscuras mañanas de invierno al cole), no es anormal allá de donde vengo.  El pollo volará del nido cuando tenga que volar, pero con siete años... me parece pronto.





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