sábado, 3 de mayo de 2014

vappu.fi/es

El jueves celebramos con amigos nuestro particular Vappu, y como no podía ser de otra manera... la Primavera nos sorprendió con lo que aquí llaman "satalunta", que es el equivalente a aguanieve.
Estuvimos a punto de cancelar el evento, "que si sí, que si no...que si lo dejamos para otro día que haga mejor....", pero al final quedamos en casa de David y Sanna, con Alberto y Susana y festejamos una versión de Vappu.fi/es, en el que había un poco de todo: croquetas, filetes empanados, ensalada de membrillo, bebidas de todo tipo, una simma con una pinta estupenda (que se nos olvidó abrir) y una tortilla de patata y arroz al horno que estaban de muerte, galletitas para el café, fruta, queso del lugar... Probé por fin la mustamakkara, que es la versión finlandesa de la morcilla y los cachorros tomaron las típicas riisipiirakka con mantequilla y queso por encima.
Encendimos la barbacoa, más para calentarnos que para otra cosa, porque ni llevábamos salchichas ni pinchos, ni panceta,  ni espárragos, ni pimientos para hacer a la plancha, eso lo hemos pospuesto para un día en el que el tiempo acompañe un poquito más. Nos apretujamos los 10 niños y seis adultos debajo del tejaillo de la barbacoa y allí fuimos picoteando un poquito de esto, otro poquito de aquello y algo de lo de más allá, mientras todos hablábamos alguien decía. yo quiero agua, pásame el pan, ¿una cervecita?, ¡mira como llueve!que yo no quiero morcilla, que a mi más patata, yo morciiila, pues que rico que está esto, ¡cuidado con el fuego, ¡qué está nevando!, yo quiero un tenedor, y yo más tortilla, ¿hay pan?...
Como últimamente ha hecho muy bueno, demasiado calorcete para lo que estamos acostumbrados, se nos pasó plastificar a la manada, lo estaban avisando: "que va a hacer frío, que va a llover", el cielo estaba negrogrisaceo... pero yo a mi bola, a saber en qué caja estaban los pantalones, manoplas y resto de periféricos, no olvidamos los gorros porque estaban por casualidad en el bolsillo de uno de sus abrigos que sino... les habría tenido con el casco de la bici toda la comida (hecho, que por cierto, tampoco les habría importado) mis plastificaniños estaban en el cole y me parecía que los pantalones gordos iban a ser demasiado, pero no... no nos habrían sobrado, de hecho...si no llega a ser por las manoplas que nos prestaron para la vuelta a casa -en bici- el pequeño habría perdido los dedos.
Los pollos lo pasaron fenomenal y los adultos nos echamos unas buenas risas, arreglamos el mundo, hicimos terapia, y nos reímos de nosotros mismos, y de los comienzos en 2013.

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