martes, 29 de abril de 2014

Como los caracoles, con la casa puesta.

Segunda mudanza completada con éxito.
Después de un fin de semana bastante movidito, podemos decir que la operación se ha realizado satisfactoriamente. ¡Que peso nos hemos quitado de encima!, porque llevábamos varios meses haciendo la mudanza mental y ha sido bastante machacante.
A finales de diciembre nuestro casero nos envió una carta certificada en la que nos comunicaba que necesitaba la casa para vivir, y por si no la habíamos recibido mandó a su hija a entregarnos una copia en mano, siempre habíamos hablado con él en inglés, pero la carta en cuestión estaba sólo en el idioma local, cuando la abrí casi me dio un pasmo allí mismo, la leí y sólo la entendí a medias, recuerdo esa traducción a cámara lenta, ahora resulta que la ha vendido, pero ese cabreo ya lo he superado. 
Después del shock inicial empezó la búsqueda intensiva de la nueva casa. El casero nos dio seis meses para buscar otra antes de la entrega de llaves, pero el tiempo corre que se las pela y no podíamos dormirnos en los laureles. En cuanto se lo dijimos Laura se puso las pilas y nos ayudó mucho con la búsqueda. Nos quedamos con la primerita que vimos, pero tuvimos que ver varias entre medias antes de tomar la decisión, es lo que tiene ser indecisa... Como criterios fundamentales, a parte del precio, estaban el tamaño, el quedarnos por el barrio y que la casa o tuviese el putkiremonti hecho o que le quedasen unos cuantos añitos antes de la reforma general, porque no estoy por la labor de volver a mudarme en breve....
Cuando se marcho prima Mar, hace una semana, nos pusimos los cinco con las cajas y a lo largo de la semana fuimos llenando más y mas cajas de unos armarios que parecían no tener fondo. ¿De dónde ha salido tanto trasto? y tanta ropa y tanto de toooo, si siempre nos ponemos lo mismo, jugamos con lo mismo y leemos los mismos cuentos....voy a hacer una limpia y voy a dejar lo justito y un poco más... y en cuanto pueda me pongo a vender o regalar en un puestecillo de segunda mano; en España lo tenía fácil porque la cadena de reciclaje seguía su curso, a mi me pasaban ropa, juguetes y cuentos, familiares y amigos y yo seguía pasando a las que tenían hijos más pequeños, pero aquí... las madres que conozco tienen pollos del tamaño de los míos, así que la cadena se rompe.
Sigo con la mudanza que como siempre me lío hablando de todo un poco. La mudanza: Una vez listas las cajas pedimos ayuda a amigos y compañeros de trabajo y entre el sábado y el domingo conseguimos trasladar todo todito: David y Alberto nos dejaron sus coches, cargaron cajas, camas, lavadora y sofá cama, Moha cargó también lo suyo, al igual que Virve; y el domingo cuando pensábamos que ya habíamos acabado empezamos a llenar más cajas con pequeñas cosas que estaban como en "tierra de nadie", que no eran ropa, juguetes, comida ni libros, eran... trastos varios...y llenado llenando... acabamos haciendo más de cuatro viajes con la furgo hasta los topes, menos mal que se pasaron a saludar Tobias y Ali y les pillamos por banda para acelerar el traslado.
Los pollos lo han llevado bastante bien, el sábado cuando tanto ellos como yo estábamos al límite de la paciencia, llegó Sanna con su manada y les vino bien ponerse a correr por el parque, porque hasta entonces les había tenido de una casa a otra abriendo y cerrando cajas y los pobres estaban ansiosos por encontrar sus juguetes; el problema era que no querían la super foca de peluche o el super ratón, no.... lo que necesitaban encontrar, y era cuestión de vida o muerte, eran los coches minis o los últimos regalos que les habían salido en los huevos de chocolate que les había traído la liebre. 
Hoy la casa empieza a estar habitable, ya hay una habitación sin cajas, la cocina está colocada, y el cuarto de los pollos también, si no contamos la ropa (que ahora es una montaña por seleccionar) ni la mitad de los juguetes, algunos de los cuales van a pasar a mejor vida en otra familia o centro educativo.

Kiitos avusta!, 

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