lunes, 24 de marzo de 2014

Tener un barco en Finlandia. Preparando el veranito

Por el padre de mis hijos:
El otro día pasé la mañana ayudando a un compañero de la oficina a desmontar la estructura de protección que cada otoño monta sobre su barco después de sacarlo del agua para pasar el invierno en seco. El barco, un velero de 12 metros, estaba montado en un soporte en medio de una enorme explanada llena de yates de todos los tamaños, todos aparcados esperando a que el hielo desaparezca del mar.

Este año el invierno ha sido templado, pero los últimos 3 cayó más de un metro de nieve y se llegó a 25 bajo cero, así que, si tienes un barco, conviene asegurarse de que no sufra las inclemencias del tiempo más de lo necesario, por eso lo que hacen es montar una estructura de madera en forma de cabaña de modo que el barco está totalmente encajado dentro. Después se cubre la estructura con lonas hasta que no se ve nada de lo que queda en el interior y se fija todo con cuerdas para que no salga volando en alguna tormenta.

Finlandia tiene más de 170.000 islas, la mayoría de ellas simples peñascos deshabitados, pero también 450 habitadas y utilizadas habitualmente como lugar de segunda residencia, de modo que no es difícil conocer un finlandés con barco de recreo, especialmente si vives relativamente cerca de la costa.

Mi compañero pasa cada año las vacaciones de verano con su familia en el barco, recorriendo distintas zonas del Báltico y, si puede, también participa en regatas, en las que suele quedar en buenas posiciones. También es posible llegar a la zona de los grandes lagos, en el interior de Finlandia, entrando por el canal de Saimaa, desde la ciudad rusa de Vyborg.  Sin embargo, parece que la navegación en velero por el interior es bastante más complicada que en mar abierto, ya que el viento cambia de dirección con mucha frecuencia y hay que estar corrigiendo la trayectoria constantemente.

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