lunes, 10 de marzo de 2014

Amanece que no es poco....

Hemos ido a pasar el fin de semana a Rovaniemi, a 800 Km. al Norte de nuestra residencia actual. Laponia finlandesa:, un lugar con paisajes asombrosos y más conocido por mucha gente por ser donde está ubicada la residencia oficial de Papá Noel. La fábrica de juguetes está en Korvatunturi, frontera con Rusia.
El fin de semana ha sido muy divertido, hemos hecho muchas cosas, muchos nervios y muchas risas, pero eso lo contaré otro día, hoy voy a hacer un pequeño resumen de lo que han sido las primeras horas del día de hoy.
Para situarnos:  Ayer, a las 18.00 horas, hora local, salíamos de Rovaniemi, destino Helsinki, hora prevista en destino a las 7.00 a.m. Todo estaba planificado: dormir en el tren, despertarnos con tiempo, bajar en Tikkurila a las 6.30 y desde allí subir al autobús que nos deja en la puerta de casa. Ducha rápida, desayuno y al cole, trabajo y curso, cada mochuelo a su olivo.

5:30 a.m, abro el ojo, es hora de comenzar en día, empiezo a organizar ropas y la cabeza va a una velocidad demasiado rápida para las horas que marca el reloj. Me doy cuenta de que el tren no anda, pero no le doy importancia, el tren tiene muchas paradas y yo mucho que hacer. Después del aseo básico, el padre de mis hijos se queda con dos cachorros y yo voy al baño con el primer turno. La puerta se cierra, pero la cadena no funciona, salimos del baño y segundos después los dos baños del vagón quedan bloqueados.

5,50 a.m: El padre de mis hijos me dice que estamos aún en Támpere. Imposible, si deberíamos estar llegando a Tikkurila y estamos a 200 km. Algo no va bien y no hay nadie a quien preguntar.

6,00 a.m: aparece un revisor hablando por teléfono, tiene el detalle de colgar cuando hago el amago de preguntar. ¡Mierda!, no habla inglés. Con mi precario dominio del idioma local, creo entender que la línea no tiene tensión, lo que en idioma "susanil" equivale a que el tren está roto. Me dice, o eso interpreto...., que si se soluciona la avería llegaríamos a Helsinki alrededor de las 9,00 (2horas de retraso), pero no me da otra solución más que esperar. Como mis vecinas japonesas  tienen aún menos conocimiento del idioma que yo, les traduzco las palabras del revisor, y al ver su cara de susto (no pueden perder el avión) la recomiendo ir al vagón restaurante para pedir más datos. Mientras tanto..... si vamos a estar un rato largo en el tren, el padre de las criaturas y yo empezamos a maquinar un plan para entretener a tres polllos que han sido sacados de la cama casi tres horas antes de lo habitual, para nada.

6:30 a.m, nos dicen la vecinas japonesas que hay un tren que sale destino a Helsinki en 15 minutos. Hay que darse prisa, la familia al completo activa el "modo expres", los cachoros saltan de la cama y sin rechistar se ponen el mono de astronauta encima del pijama, calcetines, botas y listo. Cogemos los bártulos y contando, para no dejarnos a ningún niño, salimos zumbando.
Llegamos al nuevo tren, andén 1, allí nos dicen que cuando lleguemos a Riihimäki a las 7,41 hay que volver a cambiar de tren. A esas horas, es importante señalar, que dos de los cachorros siguen sin hacer su primer pis matutino, con el riesgo que eso conlleva. Es urgente encontrar el baño, que por desgracia no se encuentra en su mejor momento y los cachorros al principio se muestran reticentes.
Los planes han cambiado, vestimos a los pollos en el tren, algunos decididos otro más vergonzoso, son discretos y lo hacen tranquilamente. ¡qué orgullosa me siento de mi manada!, que no se ha quejado ni una vez y lo viven como si lo hiciesen a diario. Desayunan unas galletas, frutos secos y polvorones con agua. Y mientras jugamos al veo veo vemos amanecer.

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