lunes, 24 de febrero de 2014

El código secreto

No hay duda, una de las cosas que más impacta a los cachorros no residentes, cuando vienen a Finlandia es marcar "el código secreto".
La mayoría de los bloques de edificios tienen un cajetín en el que marcas un número para acceder al portal. Así no necesitas llave para entrar. La verdad es que tiene su punto, sobre todo en los meses de frío cuando en lugar de dedos tenemos morcillas (por aquello de los guantes y manoplas); eso facilita que los pollos entren y salgan a su antojo.
Los telefonillos son una "especie en extinción", son difíciles de encontrar. Yo sólo los he visto en algunas viviendas de Helsinki.
Lo más habitual es la cerradura normal -sin telefonillo- o el híbrido: código secreto/cerradura; ya que el código de la puerta sólo funciona desde primera hora de la mañana hasta las 21.00, hora local. Si no tienes llaves, ni telefonillo ni te sabes el código... puedes recurrir al viejo truco: ¡Maríaaaaa la llaaveeeee! y que te la lancen por la ventana.
A las visitas de corta edad es lo que más les gusta, se sienten como espías secretos que tienen que meter un código para acceder a la caja fuerte. En verano estuvieron aquí unos amigos, hicieron un viaje expres por Talin, San Petersburgo, Helsinki y alrededores; al preguntar a Jorge de 6 años: qué es lo que más le había gustado del viaje, su respuesta estaba clara, "marcar el código de la puerta del hotel de San Petersburgo y el de nuestra casa".


0 comentarios:

Publicar un comentario