viernes, 30 de agosto de 2013

Ole, Ole, Ole, mañana no hay cole. Hace tiempo que no me alegraba tanto de que llegase el fin de semana.
Ya han pasado 9 días desde el inicio del curso; se acabó la tranquilidad de la que hablaba hace unos meses, cuando nuestra vida funcionaba sin horarios impuestos por el mundo exterior, se regía por nuestros propios hábitos. Daba igual llegar un poco antes o un poco más tarde al päiväkoti, no era obligatorio ir "al cole de pequeños"..., desde el miércoles han empezado las carreras para no llegar tarde; Ya estoy "a nivel de aceleración de Madrid", pero sin la red de apoyo familiar. Menos mal que el padre de las criaturas tiene flexibilidad horaria, porque sino esto sería difícil de llevar, más que nada porque me cambian las horas de entrada y salida en el curso cada semana. Normalmente es de 9.00 a 14.00, pero el otro día fue de 12.00 a 16.00, y el jueves que viene entro a las 8.00 y salgo a las 12.00; en cambio el miércoles voy de 10 a 12.45.
¡PUFF!, primer test realizado, superada la ansiedad que me genera cualquier examen (y eso que era consciente de lo absurdo de la situación, es un test para obligarnos a estudiar y para llevar un control de adquisición de conocimientos,  no hay evaluación numérica), puedo decir que lo he superado con dignidad, no ha sido perfecto.. pero tampoco un completo desastre... Si mi hermano 3 estuviese aquí... la cosa habría sido totalmente distinta. Él me ha acompañado siempre que he aprendido un idioma nuevo, hasta lo poco que sé de latín lo aprendí con él. ¡Qué tiempos aquellos cuando en los 90 íbamos los dos juntitos a las clases con Steve P!. ¡vente pacá hermano!.
Os dejo con una grabación de los días de la semana. La calidad deja mucho que desear, pero es lo que tengo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Si realmente comprendes lo que dice la canciòn, puedes estar tranquila. Vas por buen camino. ANIMO.

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